Neurotransmisores bajo los efectos del miedo.
Estamos confinados, limitados en el desplazamiento limitados en nuestra vida diaria sin poder conectarnos con la naturaleza por ende, viviendo una situación límite. Esta peste, como muchas otras que hemos tenido a lo largo de la historia generan cambios conductuales y traen miedo, miedo a la muerte. Vivimos enmascarados, por lo cuál el eje de sospecha cambia y cruzamos a la vereda del frente, cuando encontramos al prójimo sin máscara. Estamos trabajando y tratando de sobrellevar éstos momentos de la mejor manera, sin embargo nos estresamos, angustiamos y autoexigimos sin necesidad de ser exigidos desde afuera. Las jornadas laborales “home office” son extensas aún más que antes, sumado al trabajo doméstico y acompañamiento de nuestros hijos. Hay que rendir, estar, ser más que eficientes, ya que también está ese miedo implícito, de poder perder la fuente laboral.
¿Qué sucede con nuestro cuerpo al someterlo a estrés crónico?....
Cómo tantas otras células, hormonas y enzimas, los neurotransmisores (moléculas que participan en el funcionamiento del sistema nuerológico) desempeñan un papel decisivo en el funcionamiento del organismo, tanto desde el polo neurológico como psicológico. Los sistemas colinérgicos, serotorinérgicos, noraddrenérgicos y dopaminérgicos, van desgastándose con el tiempo. Pueden mostrar síntomas de agotamiento, sobretodo si hemos llevado una vida agitada, sometida a largos períodos de estrés. Entran en escena entonces la irritabilidad, el insomnio, el cansancio mental, la depresión y la ansiedad. Tradicionalmente tratados con sedantes, estos trastornos pueden ser sencillamente señales de humo que envían nuestros neurotransmisores pidiendo ayuda urgente, para recuperar el equilibrio y la funcionalidad. Tanto el exceso como la deficiencia de una hormona puede alterar nuestro eje y dar alteraciones como golpes de calor, alteración en la sexualidad o bien en el metabolismo; ¿Por qué no creer, que la alteración de éstos neurotransmisores estarían detrás del mal humor o de la tristeza?
Centrémonos en el sistema serotorinérgico, el cuál sintetiza su neuromediador estrella, la serotonina, mayoritariamente encontrada en los intestinos. La persona que sufre su déficit se muestra impaciente, intolerante, irritable ante cualquier contrariedad, puede comportarse con agresividad hacia los demás o hacia uno mismo. Un déficit de serotonina puede estar detrás de trastornos de ansiedad, como ser ataques de pánico, cuadro de ansiedad, miedos, fobias e insomnio. La cara más negativa es la depresión .Muchos desórdenes alimentarios como la pulsión por azúcares o chocolate al caer la tarde se deben al déficit de serotonina, así como comportamientos adictivos o compulsivos a drogas, como ser el alcohol. El 90% de dicho neurotransmisor está en los intestinos, por ello antes de empezar un tratamiento hemos de restablecer el equilibrio en el sistema nervioso entérico, a fin de restablecer la flora intestinal. Los probióticos son una herramienta muy útil para ello, ya que mejorarán la permeabiliad intestinal.
Varios son los nutrientes que ayudan a equilibrarnos y alimentar el buen humor. Los nutrientes fundametales serían los acido grasos Omega 3, ellos tienen la capacidad de flexibilizar los receptores neuronales. Es fundamental saber que los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 (ácido linolénico) y omega 6 (ácido linoleico) son esenciales, es decir, no pueden ser sintetizados por nuestro cuerpo y solo son adquiridos por medio de la alimentación. Un concepto fundamental es que aunque comamos los mejores omega 3 siempre deben estar asociados a antioxidantes, a saber: selenio, vitamina C y E y b-caroteno, para evitar la oxidación lipídica. Suplementar ayudará a mitigar ésta deficiencia, el aminoácido triptófano y el 5-htp son precursores de serotonina, éstos serían una herramienta potente para estimular dicho sistema serotorinérgico. Este aminoácido que no puede ser suficientemente sintetizado por el hombre, lo incorporamos a través dela dieta: sus fuentes son la carne, huevos, almendras anchoas y jamón.
El triptófano es un precursor de serotonina, éste al ser precursor de serotonina aumenta el mismo a nivel cerebral, aquí vemos la importancia de nuestra alimentación para nuestra salud física y psiquica. El triptófano que consumimos es convertido a 5-htp y luego en serotonina. Afortunadamente podemos suplementar con dicho aminoácido, ya que a veces la dieta no es suficiente para obtener dicho aminóacido y por ende secretar serotonina. Tiene un efecto modulador general, influyendo sobre las funciones cerebrales, se regulará la ansiedad, el sueño, el apetito, las funciones cognitivas y funciones nueuroendócrinas. Se favorecerá el equilibrio, mejorando el humor, el sueño y el apetito. Otros antioxidantes, aminoácidos y minerales que coadyuvan al tratamiento serían : el magnesio, coenzima Q10, L-theanina, vitamina C,entre otros. Al igual que el sitema serotorinérgicos los otros sitemas como el dopaminérgico también pueden estar deficitarios y sus síntomas se traducirían por: irritabilidad, impaciencia, agresividad, intolerancia, voluntad de comer, especialmente carbohidratos y alteración del sueño. Es importante destacar que la alimentación y el ejercicio son dos herramientas muy útiles e importantes, en la modulación . A destacar, los ejercicios Mente-Cuerpo (Mindfulness, Yoga) tienen un impacto importante en la regulación del estrés.
Recordemos que el que no tiene tiempo para cuidar su salud, algún día tendrá que tener tiempo, dinero y paciencia para cuidar su enfermedad.
Quisiera citar una reflexión del escritor Miguel Wiñazki en éstos tiempos de cambio…
“ Debemos transformar ese miedo colectivo en creatividad, la historia ha mostrado cómo grandes escritores y artistas dejaron grandes obras en períodos de confinamiento. Ese miedo colectivo trae de la mano ciudadanos súbditos y voluntarios que buscan que les resuelvan el sentido a su vida… Cómo plantea la teoría del Caos, hay dos caminos la reconstrucción o la autodestrucción, debemos elegir, debes elegir que camino tomarás!”
Por: Dra. Eulalia Latorre
Médico cirujano de la Universidad de la República en Montevideo, Uruguay. Posee revalidación de su título en Chile como médico cirujano, y cuentan más de seis años de experiencia en medicina estética. Es miembro de American Society for Laser Medicine & Surgery,Inc (ASLMS). Master en Medicina Antienvejecimiento y Longevidad Universidad de Barcelona.
Doctora en Medicina, egresada de la Universidad de la República (Uruguay), está especializada en Clínica Estética y Reparadora avalada por AMA (Asociación Médica Argentina). Cuenta con formación y certificación en laserterapia ASLMS (American Society for Laser Medicine & Surgery, Estados Unidos).
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