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Columna de YAEL LUFT PARADA

Gerente Comercial y Marketing en Mentalidad Web/ Ingeniera Comercial, MBA y Máster en Marketing Management/ Ex vicepresidenta y consejera actual del Comité de Ética y Autorregulación de la AMDD,/ Socia activa de REDMAD y Mujeres Empresarias, donde impulsa el liderazgo femenino a través de mentorías y programas como REDMAD–Teletón./ Madre, amante del deporte, la naturaleza y la vida al aire libre.


CUANDO ACOMPAÑAR : SE CONVIERTE EN PROPOSITO


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Las redes que realmente transforman no se buscan: se construyen con empatía, tiempo y la voluntad de ver a otros crecer.


El video llegó una tarde cualquiera, sin aviso. En la pantalla, una mujer sonriente me daba las gracias por acompañarla durante meses.


Era la emprendedora a la que mentoreé este año en el programa REDMAD–Teletón, y me agradecía por el tiempo dedicado, por escucharla, por ayudarla a ver las cosas desde otra perspectiva y motivarla a creer en sí misma. Fue, de alguna forma, un pequeño “check” interno: la confirmación de haber cumplido lo que me propuse, movilizar, empoderar y acompañar.


Ese mensaje me dejó pensando en cómo, a lo largo del tiempo, distintas redes me han sostenido y acompañado: las del propósito, del aprendizaje y del trabajo. Los posgrados me enseñaron que estudiar no es solo adquirir conocimientos o nuevas habilidades, sino también construir vínculos que, con los años, se transforman en oportunidades. Profesores que confían, compañeros que se convierten en aliados, amistades que crecen y se mantienen vivas.


Las redes no se tratan de acumular contactos, sino de construir relaciones genuinas basadas en confianza, reciprocidad y generosidad. A veces se expresan en una conversación breve; otras, en gestos que dejan huella y se transforman en oportunidades que no habríamos imaginado.


El éxito no se mide solo en logros, sino en el impacto que dejamos en otros. Por eso hoy dedico parte de mi tiempo a mentorías, voluntariado y espacios donde puedo devolver la mano y seguir aprendiendo de quienes me rodean.


Las redes más significativas son las que se sienten, no las que se cuentan.


Y ahí está la magia: al final, eso somos, parte de una red invisible que se fortalece cada vez que una mujer decide creer en otra… y recordarle que no está sola.


¿Cómo estás cultivando hoy tus redes para fortalecer esos vínculos que impulsan el cambio?



@yaellatufparada





 
 
 

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