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Columna de MILKA CASANEGRA

Ingeniería de tronadura Qaqc. Presidente y Fundadora de la Red Ingenieras de Minas.

ESTUDIÉ UNA PROFESIÓN CUYO CAMPO LABORAL TIENE UNA PARTICIPACIÓN MAYOR DEL 90% MASCULINA. ¿ME AMEDRENTÓ? NO. PENSÉ, MIENTRAS ESTUDIABA ¿IBA A SER DIFÍCIL? NO. ¿HUBO MUJERES A LO LARGO DE MI VIDA QUE ME INSPIRARON? SÍ, Y GRACIAS A ELLAS, PUEDO DECIR CON DETERMINACIÓN “YO TAMBIÉN PUEDO”.



Ha habido un leve aumento de la participación femenina en la minería desde el 2012, donde actualmente este porcentaje es de un 8,1% (fuente: Consejo Minero). Sin embargo, ¿cómo podemos aumentar esta participación a una cifra de dos dígitos? ¿Cómo podemos aumentar la cantidad de mujeres que quieran estudiar profesiones donde el campo laboral es netamente masculino? ¿Cómo podemos tener más mujeres que quieran inspirar a las generaciones más jóvenes? Éstas preguntas son difíciles de contestar si no se tiene un sentido de propósito.


En la sociedad chilena, todavía existen sesgos relacionados a las profesiones e industrias consideradas “masculinas”, una de ellas es la minería y seguirá considerándose así si seguimos teniendo un 8% de participación femenina. Aquí es donde digo, la minería es para personas valientes, hombres y mujeres, dispuestas a aportar al desarrollo del país, a partir de una mejor minería: siendo sostenibles con las personas, las comunidades y el medio ambiente, porque sé y está comprobado, los equipos diversos son organizaciones más creativas, tienen mejores desempeños en seguridad, producción, costos, y las compañías son más sustentables con el entorno.


Debemos empezar en los colegios con la tarea de eliminar los sesgos de género en industrias masculinizadas, donde las niñas puedan ver ejemplos de mujeres en distintos cargos de los procesos mineros, como operadora de camiones de extracción, jefe de turno, áreas de mantención, eléctricas, logística, entre otros, para mostrar que sí estamos presentes y cómo aportamos valor al negocio de las compañías con la incorporación de una perspectiva y habilidades complementarias a nuestros colegas.


Debemos transparentar lo que significa el trabajar en minería: cómo es la vida en los turnos, qué desafíos tenemos, cuál es el aporte al desarrollo del país, cómo las tecnologías e innovación están haciendo que la minería sea más amigable con el entorno y aportando a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, y sumado a que cada vez más mujeres relacionadas a esta industria quieren inspirar a las futuras generaciones a estudiar y trabajar en profesiones consideradas sólo para hombres, harán que la participación femenina logre los dos dígitos porcentuales con mayor rapidez.”

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