Columna de MAGDALENA MOLINA
- Fabiola Olate Sagredo
- 21 jul
- 2 Min. de lectura
Experta en producción de moda en India | Diseño y confección de prendas exclusivas | Branding & Estrategia para marcas de moda
LAS REDES QUE TE SOSTIENEN : TE TRANSFORMAN
Ser mujer, madre, emprendedora, compañera, jefa… todo al mismo tiempo, muchas veces sin pausa ni manual. Sostener una empresa cuando también estás sosteniendo una familia y tu salud emocional es un desafío que aprendí viviendo, cayendo y volviendo a armarme.
Aprender desde cero y compartir el camino
Fundé India Chic hace más de diez años, sola, en la India, sin contactos ni capital, solo con intuición y una fuerza interior que no sabía que tenía. Desde ese momento comencé a crear redes: proveedores, artesanos, colaboradoras, clientas. Con el tiempo, la marca creció, llegaron colaboraciones con Falabella, París y muchas otras marcas que confiaron en nuestra propuesta. Pero más allá del producto, lo que creció fue una comunidad de mujeres.
India Chic siempre fue sostenida por un equipo casi completamente femenino. Una red real, comprometida, donde entendimos que ninguna mujer puede hacerlo todo sola. Esa comunidad, sumada a nuestras clientas, seguidoras y colaboradoras, ha sido la base de nuestro éxito. Siempre hemos trabajado con consciencia de los múltiples roles que tienen las mujeres en su vida, dando facilidades para que puedan desarrollarse también como madres, creadoras y personas.
Aprender a liderar con la cabeza fría (aunque duela)
Uno de los aprendizajes más duros fue entender que tu negocio no eres tú. Por mucho que lo hayas creado desde el alma, debes saber tomar decisiones estratégicas. Aprendí a separarme emocionalmente de India Chic para poder sostenerla: achicarme cuando fue necesario, despedir personas, poner límites, ser implacable cuando correspondía. Ese desapego fue mi prueba más difícil, pero también mi salto de madurez.
Sumergirse en lo digital creando una comunidad real
Para crecer, tuve que aprender a operar un e-commerce, a automatizar procesos, a entender plataformas, etc, pero lo mas auténtico fue la comunidad y la conexión con las clientas y trabajadoras, lo que se transformó en una herramienta. Hoy, ese conocimiento me permite asesorar a otras mujeres que quieren lanzar o profesionalizar sus propias marcas.
Devolver y multiplicar
Hoy acompaño a emprendedoras que buscan producir en India, desarrollar colecciones y estructurar sus negocios. Ese conocimiento —aprendido desde el día uno y a punta de prueba y error— hoy lo comparto. Porque creo que lo que una aprende, tiene que ponerlo al servicio de otras.
Consejo práctico: no esperes tener todo claro para empezar a moverte. Conecta desde donde estás. Tu historia en proceso puede ser el impulso que otra mujer necesita. Y esa red que armes, si es real, te va a sostener, empujar y transformar.
Comentarios