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Columna de FABIOLA OLATE

Presidente y Fundadora de la Comunidad Mujeres INfluyentes Chile


DESARROLLAR EL POTENCIAL INTEGRAL DE NIÑAS Y MUJERES DE CHILE: UNA URGENCIA NACIONAL


Las mujeres han sido agentes fundamentales en el desarrollo de nuestras sociedades a lo largo de la historia. Sin embargo, su potencial a menudo ha sido subestimado, ignorado o infravalorado debido a barreras culturales, económicas y sociales.


Es imperativo que reconozcamos la necesidad de derribar estas barreras para asegurar un futuro más equitativo, inclusivo y próspero para todos.


El desarrollo integral de las mujeres no se limita únicamente al ámbito profesional o académico. Implica una serie de aspectos que abarcan desde la salud física y mental hasta el empoderamiento económico, la participación política, y el acceso a derechos fundamentales.


Darles las herramientas para que puedan decidir sobre su propio cuerpo, su vida, y su futuro. Asegurarnos de que puedan vivir en un entorno sin violencia, discriminación y prejuicios.

 

Las estadísticas son contundentes: cuando las mujeres tienen acceso a la educación y a oportunidades laborales justas, no solo mejoran sus vidas, sino que también contribuyen significativamente al crecimiento económico de sus comunidades y países.


Un informe del Banco Mundial destaca que, si se eliminara la brecha de género en el mercado laboral, el PIB mundial podría aumentar en un 26%. Esto nos demuestra que la inversión en las mujeres no es solo una cuestión de justicia social, sino también una estrategia económica inteligente.

 

La provisión de herramientas efectivas para el desarrollo de las mujeres comienza con el acceso equitativo a la educación. La educación es, sin duda, uno de los pilares más sólidos para el empoderamiento femenino. A pesar de los avances en la escolarización de niñas en Chile, aún persisten desafíos significativos. Las niñas y mujeres de áreas rurales, o de bajos recursos enfrentan obstáculos adicionales que limitan su acceso a una educación de calidad.

 

Necesitamos currículos que desafíen los estereotipos de género y que fomenten habilidades críticas como la tecnología, las ciencias, el liderazgo y la toma de decisiones. Además, la enseñanza debe incluir competencias emocionales y sociales que permitan a las mujeres enfrentarse con éxito a los retos del mundo moderno.

 

Más allá de la educación formal, es crucial que se establezcan programas de capacitación continua y aprendizaje a lo largo de la vida que respondan a las necesidades cambiantes del mercado laboral. La digitalización y la globalización han transformado nuestras economías y con ellas las habilidades requeridas. Las mujeres deben estar equipadas no solo con conocimientos académicos, sino también con habilidades prácticas y técnicas que las preparen para trabajos del futuro, muchos de los cuales aún no han sido creados.

 

El progreso significativo en el desarrollo integral de las mujeres requiere un compromiso sólido del Estado en la formulación y aprobación de políticas públicas inclusivas. Es imperativo que estas políticas se diseñen con una perspectiva de género y que aborden de manera integral las necesidades de las mujeres en todas las etapas de sus vidas.

 

Un primer paso crucial es garantizar la protección contra la violencia de género. Chile ha avanzado en esta área, pero aún queda mucho por hacer para erradicar todas las formas de violencia hacia las mujeres, tanto en el ámbito privado como en el público. Las políticas deben incluir medidas preventivas, de apoyo y de justicia, asegurando que las víctimas de violencia reciban el apoyo necesario y que los perpetradores enfrenten consecuencias adecuadas.

 

Asimismo, es fundamental garantizar políticas que promuevan la equidad en el trabajo. Esto incluye no solo la igualdad salarial, sino también el acceso a puestos de liderazgo, la eliminación de prácticas discriminatorias y el fomento de ambientes laborales seguros y respetuosos. La introducción de cuotas de género en cargos de toma de decisiones, tanto en el sector público como en el privado, podría ser una herramienta efectiva para acelerar este cambio.

 

Debemos implementar políticas que promuevan la corresponsabilidad en el cuidado. Tradicionalmente, las mujeres han asumido la mayor parte del trabajo no remunerado, como el cuidado de los niños, los ancianos y los hogares. Reconocer y redistribuir esta carga es fundamental para permitir que más mujeres puedan participar plenamente en la vida económica y social del país.

 

Además, la educación debe ser inclusiva y equitativa, abordando las necesidades específicas de grupos marginados, como las mujeres rurales, indígenas y con discapacidad. Necesitamos sistemas educativos que no solo transmitan conocimientos, sino que también promuevan valores de igualdad, respeto y diversidad.

 

Las organizaciones de la sociedad civil, como la nuestra, desempeñan un papel vital en el desarrollo integral de las mujeres. Somos quienes estamos en el terreno, entendiendo las necesidades de nuestras comunidades y proporcionando apoyo directo. Sin embargo, no podemos hacerlo solos. Es esencial que formemos alianzas estratégicas con el sector privado, otras organizaciones no gubernamentales, y, por supuesto, el gobierno.

 

Estas alianzas pueden facilitar la implementación de programas innovadores que respondan a las necesidades reales de las mujeres, desde iniciativas de mentoría y capacitación hasta programas de microfinanzas que les permitan iniciar sus propios negocios. Además, las empresas privadas pueden desempeñar un papel crucial en la promoción de la igualdad de género al implementar políticas internas que fomenten la inclusión y el respeto.

  

La construcción de un futuro más igualitario para las niñas y mujeres en Chile requiere un esfuerzo conjunto y coordinado de todos los sectores de la sociedad. Es un desafío que no podemos darnos el lujo de ignorar. Las mujeres son una fuerza imparable cuando se les da la oportunidad de desarrollar su potencial. Son innovadoras, resilientes y líderes naturales.


Invertir en su desarrollo integral no solo es un acto de justicia social, sino también una inversión en el futuro de nuestra nación.


@tcreofabiolaolate

@coach_fabiolaolate





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