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Columna de DINKA ORHANOVIC

Health Coach Funcional/ Sobreviviente de Hachimoto y Vitiligo


SANAR JUNTAS : EL PODER DE LA COMUNIDAD EN EL CAMINO DEL BIENESTAR



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Si algo he aprendido en este camino de transformación es que ninguna sanación —física, emocional o espiritual— se logra en soledad.


El día en que entendí que podía convertir un diagnóstico en una oportunidad, mi vida cambió para siempre.


Así nació Stop Hashimoto: un proceso íntimo que terminó transformándose en mi propósito de vida, acompañando a mujeres que viven con una enfermedad autoinmune y que sienten que ya no queda nada por intentar.


A lo largo de los años descubrí que es posible recuperar la salud cuando decides ir a la causa raíz, siempre desde el amor.



Cada mujer que llega trae una historia distinta, pero compartimos un mismo anhelo: volver a confiar en el propio cuerpo. Sanar no es luchar contra él, sino reconciliarse, escucharlo y nutrirlo desde una comprensión honesta y profunda.


Stop Hashimoto ha crecido impulsado por una comunidad que se sostiene en la empatía, la cooperación y la esperanza. En ferias y congresos de salud como Wanderlust confirmé que somos muchos quienes creemos que el cambio comienza por la educación y la conciencia, y que estos espacios permiten aprender, compartir experiencias y fortalecer redes con un propósito común.


En este camino, la vulnerabilidad ha sido mi puente hacia otros. Gracias a ella he tejido lazos con médicas, coaches, terapeutas, nutricionistas y mujeres que buscan un estilo de vida más consciente y alineado con lo que somos. Estas alianzas han ampliado mi mirada sobre la salud, recordándome que el bienestar no depende solo de lo físico, sino también de lo emocional y lo espiritual.


Hoy, esas redes que surgieron muchas veces desde la necesidad se han convertido en un sostén colectivo que crece cada día. A través de Stop Hashimoto he acompañado a miles de mujeres en su proceso de reconexión, mostrándoles que sanar es posible cuando te escuchas, accedes a información clara y te rodeas de personas que creen en ti, incluso en los momentos en que tú no puedes hacerlo.


Mi mayor satisfacción es ver cómo, al recuperar su energía, alegría y confianza, cada una despliega sus alas y se convierte también en guía para otras. Cuando una sana, también lo hace su entorno.


En mi propia historia he comprobado que la fuerza colectiva tiene un poder transformador único. Cuando compartimos nuestras experiencias sin miedo ni juicio, abrimos caminos para que otras también encuentren claridad y alivio. Por eso creo profundamente en el valor de las comunidades que acompañan, sostienen y celebran cada pequeño avance en el camino de sanar.


Cada paso compartido sana. Si pudiera dejar un consejo sería este: no esperes tenerlo todo claro para empezar.


Comparte tu historia, busca apoyo y permite que otras te acompañen. Las redes verdaderas se tejen desde la honestidad, crecen con la reciprocidad y florecen cuando nos unimos desde el amor. Sanar juntas es realmente posible.


@dinka_health_coach

 
 
 
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