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Columna de CRISTINA CATALÁN

Fundadora de Amc Performance Garage


LA OPORTUNIDAD DISFRAZADA DE PÉRDIDA

Por mucho tiempo validé la estructura impuesta por mi cabeza debido a frustraciones y limitaciones de una enfermedad crónica. Tenía pánico a perder el trabajo, a perder la vida y caer por el cansancio. Estaba encarcelada por mis temores y a perderlo todo. Pero un día decidí cambiar lo que había hecho por años, con varios fracasos que empecé a valorar. Renuncié a lo más estable que tenía: mi trabajo, y aquí se generó la oportunidad.

Soy administradora de empresas, pero hace 12 años me dedico a la mecánica automotriz. Llegué aquí por un sueño, un sueño que no tenía vínculos conmigo, pero me hizo sentido. Lo escuché y merecía la oportunidad. Cuando tomé la decisión de apoyar este proyecto, no sabía cómo resultaría. Llegué a un rubro desconocido, sin haber manejado jamás un auto. Junto a Álvaro Morales fundamos AMC Performance Garage en el año 2012.

Lo lógico de emprender, más allá de formar una empresa, es conocer el rubro, pero no necesariamente lo que te apasiona te hará llegar al éxito. Empecé a trabajar y analicé las debilidades de la industria. Carecía de algo importante: confianza. Eso sería un gran reto. Otro tema eran los recursos, y es aquí donde decidimos tocar puertas. Apoyados más de una vez por Sercotec, generamos redes y contactos que nos colocaron en el escenario. Cada avance, cada proyecto fue mucho estudio y aprendizaje. Así llegué a ser “La Mecánica”, un título que me destacó. En ese momento era la única mujer con un taller mecánico en programas de emprendimiento. Ahí se generaron vínculos que conservo hasta el día de hoy. La prensa no tardó en llegar, destacando el trabajo de una mujer en un oficio no tradicional. Recibí el premio Elena Caffarena en el año 2016, entregado por el Ministerio de la Mujer, y el premio al mejor emprendimiento Región Metropolitana en el año 2017, entregado por el Ministerio de Economía. También recibí reconocimientos de los medios y nuestros pares.

El sueño de Álvaro me permitió cumplir los míos, liderar un proyecto que solo habían liderado hombres, generando una vitrina importante para el negocio. Me preparé con cursos de marketing, liderazgo, relaciones públicas, gestión, conducción y educación vial. Todo sumó y me posicioné como una referente de la mecánica en Chile. Demostré que podía, rompiendo mis prejuicios, confiando en mí y confiando en el amor. Ya que cuando todo indicaba que el trabajo en pareja no funcionaría, fue lo contrario. Hoy tenemos trece años juntos, siete de matrimonio y tres talleres mecánicos.

No importa el orden de los factores. En mi caso, trabajé, fui mamá, me diagnosticaron lupus sistémico, volví a estudiar, seguí trabajando, emprendí y me casé. No cambiaría nada de mi vida. Son los condimentos para ser quien soy.

Para finalizar quiero agradecer a la Comunidad Mujeres INfluyentes de la que soy Colaboradora y en donde quiero aportar a nuevas generaciones, a nuevos sueños, a nuevos proyectos como alguna vez me aportaron a MI.







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