Columna de BEATRIZ PALMA
- Fabiola Olate Sagredo
- 13 oct
- 2 Min. de lectura
Fundadora de My Nipp
TEJER REDES QUE SANAN

Si algo he aprendido en la vida y en este camino de emprendimiento, es que ninguna reconstrucción —ni física, ni emocional, ni profesional— se logra sola. La mía comenzó el día en que entendí que podía transformar la adversidad en motor de cambio.
El maquillaje como primera herramienta, me permitió conectar honestamente con otras mujeres. Luego la micropigmentación me llevó a tejer lazos más profundos, transformando las necesidades de mis clientas en mis propias metas.
Así nació My Nipp, un proyecto que comenzó como una búsqueda personal, pero se convirtió en una red de colaboración, innovación y contención que cambió mi vida.
Como buena géminis y mujer soñadora, siempre me ha movido el deseo de crear con sentido. Pero no fue hasta que compartí mi historia que todo tomó rumbo. Las redes no aparecieron por casualidad, las construí desde la escucha y la empatía. Aprendí que cuando hablas honestamente, conectas con quienes también buscan propósito, no solo resultados.
He participado en encuentros de innovación, ferias de salud femenina y programas como Legado, Genias y Avonni. En cada espacio encontré personas dispuestas a colaborar, compartir contactos o simplemente escuchar. Fortalecer una red no es acumular seguidores, sino cultivar vínculos donde ambas partes crecen. A veces una conversación sin agenda abre más puertas que una reunión planificada.
Hoy llevo esa misma lógica al mundo digital. LinkedIn y las redes sociales se volvieron aliadas para amplificar la voz de My Nipp y visibilizar causas que importan. Al compartir logros, aprendizajes y vulnerabilidades, se genera confianza. Así surgieron colaboraciones con universidades, clínicas y empresas, nacidas de interacciones auténticas que unieron propósitos más allá de negocio.
Mis redes me han permitido aprender de artistas, científicas, médicas, diseñadoras, emprendedoras y, sobre todo, de las pacientes. Gracias a ellas amplié mis competencias, incorporé nuevos lenguajes —desde la bio-impresión hasta la tecnología aplicada a la salud— y confirmé que la innovación real ocurre cuando las disciplinas se cruzan. Cada alianza ha expandido el potencial de mi empresa y también el mío como mujer.
Y así como otros me abrieron puertas, hoy busco abrirlas para más mujeres. En My Nipp, cada colaboradora o paciente encuentra un espacio para compartir sin filtros. He acompañado a mujeres durante su proceso de cáncer, ayudándolas a reconectar con su cuerpo, y también a profesionales jóvenes que buscan unir propósito y trabajo. Cuando una escucha o guía, la sororidad se vuelve acción.
Mi consejo, no esperen tenerlo todo resuelto para compartir su historia. Las redes se tejen con honestidad, se fortalecen con reciprocidad y se expanden cuando colaboramos. Porque cuando una mujer se atreve a contar su proceso, otras encuentran en él un mapa posible. Y eso, más que cualquier logro, es lo que me inspira: saber que detrás de cada conexión auténtica hay una oportunidad de aprender, sanar y crear juntas.
@my_nipp
@beapalma

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